Lamentablemente, el divorcio en Panamá aún se mantiene bajo el criterio de la “culpabilidad”…

Pese a que en el siglo 21 la tendencia mundial es buscar un “divorcio sin culpa”; en Panamá cuando se trata de una causal distinta al mutuo consentimiento aún se requiere buscar pruebas, a veces humillantes, sobre la otra persona para poder demostrar la causal.

Sin embargo, la intención de este escrito es darte una idea del tiempo de duración del proceso en la actualidad. Existen factores que retrasan este tipo de procesos de divorcios conflictivos y que son ajenos a las partes y al propio Juzgado que lo tramita, por esto y más, antes de divorciarte debes conocer las leyes que regulan la materia al menos de manera general y claro, buscar un representante que sea competente en la resolución de problemas, la negociación y la elaboración de una estrategia para este tipo específico de proceso.

Nos referimos a temas netamente legales como el procedimiento establecido en la Ley, los términos (tiempos de legales) y la gran carga laboral que tiene los Juzgados de Familia, los cuales cada año tienen que atender más procesos.

No cabe duda que el divorcio es, sin lugar a dudas, una experiencia que genera mucho daño emocional y estrés, lo cual si no se contrala puede hacerte perder el control. No recomendamos pasar por un proceso de este tipo solo; siempre es bueno tener ayudar además de legal idónea, tener alguien con quien hablar, si es posible apoyo psicológico y claro un apoyo espiritual siempre viene bien.

La implementación de la oralidad en la práctica ha ayuda mucho en la tramitación de los procesos de divorcio por causales distintas al mutuo consentimiento. Prácticamente todos los Juzgados Seccionales de Familia a nivel nacional tramitan con expediente electrónico, lo cual también ayuda muchísimo en la tramitación de este tipo de proceso. Pese a lo anterior, la realidad es que un divorcio por causal distinta al mutuo consentimiento, es una un proceso largo, tedioso y sobre todo desgastante emocionalmente.

Para sustentar lo que indicamos, por ejemplo, nos señala el Código de Familia que la demanda debe constar por escrito y contener la designación del Juez a quien se dirige,

el nombre y generales de las partes, lo que se demanda, los hechos que fundamentan la pretensión y las disposiciones legales en que se apoya; esta se debe presentar por medio de abogado idóneo en el Juzgado Seccional de Familia del Domicilio de la parte demandada.

Igualmente, una vez presentada la demanda, si el tribunal advirtiera defectos de forma en la demanda, podrá corregirlo de oficio o citar al interesado para que lo haga antes de ordenar su traslado al demandado. Una vez admitida la demanda, el Juez le dará traslado al demandado por el término de tres (3) días y, en el mismo acto, le citará a audiencia. La citación para la audiencia pese a que la Ley nos señala que debe hacerse en un término no mayor de quince (15) días, contados a partir de la fecha del traslado en la práctica se da dentro del término de veintiún (21) días hasta dos (2) meses y medio.

Recordemos que con la audiencia no necesariamente termina el proceso, pues si son muchas la pruebas pueden necesitarse varios actos orales, los cuales toman tiempo, los cuales pueden ser de uno (1) a tres (3) meses, pese a que la Ley nos señala que el Juez dispone de un plazo máximo de diez (10) días.

Ahora bien, una vez llegado el momento de dictar sentencia, hay que recordar que contra la decisión del Juez de primera instancia cabe el recurso de apelación, en el efecto suspensivo, este trámite puede llevar unos tres (3) meses más.

Por último, son susceptibles de los recursos de casación y revisión, las sentencias dictadas en segunda instancia por los Tribunales Superiores de Familia en los procesos de divorcio, lo cual obviamente, conlleva otro tiempo aun mayor dada la complejidad de los recursos y las autoridades ante quien debe tramitarse.

Conclusión: un divorcio conflictivo puede tomar más de un (1) año hasta dos (2), lo cual obviamente deviene en una inversión de tiempo, recursos y sobre todo un desgaste emocional para las partes involucradas.

Así pues, ante esta imagen de un proceso de divorcio tedioso, anticuado y lleno de acusaciones, a veces falsas, mucho drama y culpas, un abogado de familia responsable, debe orientar en debida forma a sus clientes y velar no por lo que quizá resulte más provechoso económicamente para él; sino en buscar para sus clientes un proceso sin dolor y que logre una separación pacífica, sin estrés en beneficio de los niños si los hay.

Si quieres sabes más al respecto, no dudes en escribirnos para darte la orientación que te mereces.